Que a veces las máquinas que usamos en nuestro día a día nos ponen de los nervios es una realidad. Ordenadores que se cuelgan, impresoras que se comen lo que hemos de presentar, móviles que obligan a reiniciarlos en mitad de una conversación importante... Lo del German Kid es comprensible en esos momentos. Pero este hombre del estado de Colorado, al oeste de los Estados Unidos, ha ido un poco más lejos.
Lucas Hinch, de 37 años, llevaba algunos meses sufriendo pantallazos azules y problemas con su ordenador, un Dell XPS 410 de 2012. Pero ayer no pudo más, "alcancé el punto de masa crítica", y llevando el ordenador a un callejó de la ciudad, le soltó 8 tiros entre tapa y tapa para probar de paso la nueva arma que se había comprado.
Según las leyes de Colorado, descargar un arma dentro de los límites de la ciudad constituye delito, aunque la propia policía ha reconocido que en la Ley no figura nada sobre asesinar a sangre fría a tu propio ordenador. Hinch se mostró cooperativo con los oficiales y sabía lo que hacía. El arma le ha sido incautada y tiene cargos por descargar un arma dentro de los límites de la ciudad. Pero según la policía la cosa no pasará de una multa, ya que meterlo en la carcel por esto es muy improbable. Para el autor ha supuesto un pequeño precio a cambio de justicia.
"Claro que fue premeditado. Me aseguré que no había nada detrás ni nada contra lo que rebotase. Estaba extremadamente furioso. Esa computadora tuvo un mal día", añade el acusado. El pantallazo azul, la Blue Screen of Death que le dio a su dueño aquél día, fue ciertamente la última. Como él mismo declaró a Los Angeles Times, meterle 8 balas a la computadora "fue glorioso. Los ángeles cantaron en lo alto del cielo".
Foto post-mortem de la víctima antes de la autopsia
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